Hemos leído mucho en los últimos tiempos sobre las bondades de la innovación, y no menos sobre la conveniencia de la internacionalización. He echado de menos sin embargo un desarrollo más riguroso sobre cómo sincronizar esos elementos entre sí, y cómo integrarlos en la estrategia de la empresa, en el contexto actual.
Como suele ocurrir, la realidad tiene más vitalidad que las teorías y se adelanta a éstas. Encontramos así, incluso en nuestro entorno, empresas muy innovadoras que prácticamente desde su nacimiento actúan en el mercado global. Son las conocidas desde hace unos años como empresas nacidas globales (born global). Dos ejemplos próximos pueden servir de ilustración:
Como digo, se ha hablado y escrito mucho de dos características comunes a este tipo de empresas: su carácter innovador y su orientación global. Pero para entender la eficacia de la estrategia seguida por estas empresas hay que contar con una tercera característica sin la que el éxito habría sido imposible: el enfoque.
Los que nos dedicamos a los temas de la estrategia y el marketing venimos insistiendo desde siempre en la necesidad, especialmente en empresas pequeñas y/o nuevas, de utilizar estrategias de enfoque, de especialización. A veces es como clamar en el desierto porque lo primero que los directivos ven en estrategias de nicho es la renuncia a la mayor parte del mercado. Lo que no ven estos directivos es que cuando eres pequeño es difícil ser bueno en muchas cosas.
El argumento principal para usar estrategias de enfoque no está en el mercado, sino en cómo nuestras limitadas capacidades pueden convertirse en ventajas competitivas. ¿Sería Rafa Nadal uno de los mejores tenistas del mundo si quisiera al mismo tiempo ser uno de los nadadores más rápidos, por ejemplo?
Quedaron lejos los tiempos en que Edison podía ser el líder innovador en muchas categorías distintas.
¿Eso supone limitarnos a una parte del mercado? Si es una parte del mercado global puede que sea suficiente para tener un éxito notable. A los ejemplos me remito, y de ahí las sinergias entre las tres patas de esa estrategia triangular: innovación, enfoque, internacionalización.
Cabe añadir que la potencialidad de esta estrategia no se circunscribe a las empresas nuevas y/o pequeñas, en realidad es la clave del éxito de empresas consolidadas que muchos años después de su creación siguen enfocadas y con ventas suculentas en todo el mundo. Pensemos por ejemplo en Istobal y sus sistemas de limpieza de automóviles, o de una desconocida ITV que vende sus máquinas de fabricación de cubitos de hielo hasta en Islandia.
Me propongo aprovechar la oportunidad que me brinda Avant i+e de hablar en el marco de Idinova, para reflexionar sobre esta estrategia. Será el miércoles 26 de octubre, de 16 a 18h. Aportaré otros ejemplos de empresas nuevas y no tan nuevas, y os invito a que veamos cómo esta estrategia puede ayudar a vuestras empresas a mejorar.
Una excusa más para visitar la Feria que reúne lo más innovador de nuestra Comunitat. Y para que nada se interponga, podéis descargaros una invitación que os evite el pago de la entrada pinchando aquí.
Más fácil, imposible. Nos vemos allí.
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