El blog de José María Mateu

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Inteligencia Artificial: potencialidad, retos y otras reflexiones

julio 18th, 2023 · 1 Comment · Innovación, Inteligencia Artificial

La Inteligencia Artificial (IA) va a cambiar la forma en que muchos de nosotros/as hacemos la mayoría de las cosas que hacemos. Podemos resistirnos o aprovecharnos, pero, aquellos/as que se aprovechen, podrían con ello obtener ventajas competitivas relevantes. Esta es la lectura positiva de la actual eclosión de la Inteligencia Artificial, una eclosión que, sobre todo, es un reto mayúsculo. En cualquier caso, hay otras lecturas.

Mis amigos de la startup NextAI nos proponen, y es un ejemplo interesante, aplicar la Inteligencia Artificial al ámbito de la Nutrición. En el evento gratuito del sábado 22 de julio, nos contarán cómo la IA puede ayudarnos a crear, de manera casi inmediata, recetas, menús y dietas que persigan objetivos predefinidos, calculando además las calorías implicadas, y sugiriendo incluso maridajes acertados con vinos u otras bebidas (https://nextai.es/eventos-inteligencia-artificial/). Lo que nutricionistas y restauradores conscientes vienen haciendo hasta ahora de manera laboriosa, se puede hacer de manera ágil mediante la Inteligencia Artificial, afirman. Me acercaré a Castellón a comprobarlo. ¿Qué mejor entorno en el que experimentarlo?

Es cierto que, alrededor de la novedad que la IA supone, comienzan a emerger riesgos, malos usos, etc. En el pasado Congreso de Innovación educativa y docencia en red, celebrado este mismo julio, se planteaba la cuestión de cómo abordar el uso de ChatGPT por el estudiantado a la hora de confeccionar sus prácticas. Lo que se persigue con la realización de prácticas, y de ahí la apuesta del Plan Bolonia por ellas, es que el estudiantado aprenda de manera práctica. El aprendizaje será limitado si la tarea se encarga a una máquina. Ante esta nueva realidad podemos adoptar dos posturas. La primera es tratar de evitar que nos engañen, resistirnos, perseguir cualquier atisbo de que el trabajo haya sido realizado usando herramientas de Inteligencia Artificial. La segunda es contar con ello, asumir que el estudiantado cuenta con esa herramienta. Esto obliga probablemente a cambiar todo el planteamiento, ¿cómo plantear la práctica para que el estudiantado aprenda aunque use la IA? O más allá incluso, ¿cómo aprovechar esto para que el estudiantado aprenda aún más de lo que aprendía cuando no usaba la IA?

Conviene por ello mantener la cabeza fría, y aproximarse con perspectiva crítica a este fenómeno. Todas las monedas tienen dos caras. Recuerdo a Tom Peters avisar de aquello de que Internet podría acabar convirtiéndose en una forma de “despachar la basura a la velocidad de la luz” (y no cabe duda de que en Internet hay basura para aburrir). En cualquier caso, estaremos de acuerdo en que, hoy por hoy, Internet es un instrumento repleto de utilidades.

En mi opinión, la Inteligencia Artificial no deja de ser una herramienta, que llega donde llega, y no llega donde no llega (perdón por el trabalenguas). Eso sí, es una herramienta muy sofisticada y con un elevado potencial. En pocos clics, y con poco entrenamiento, cualquiera puede aprovechar la ingente información que reside en Internet para aproximarse a un tema que le interesa, preparar un Informe que su jefe le ha pedido o, como decíamos, redactar una práctica encargada en clase.

En mi opinión, la Inteligencia Artificial permite dar un salto cualitativo en la forma en que hacemos tareas de carácter administrativo, e incluso tareas que involucran cierta capacidad intelectual (aquello de la búsqueda de jurisprudencia en el ámbito de la abogacía, por ejemplo). En mi opinión, ya digo, estamos ante una disrupción comparable a la que la Ofimática representó en los años 80 del pasado siglo, sólo que afecta a tareas más cualificadas.

En cualquier caso, no deja de ser una herramienta, especialmente si se mira lo que hay detrás. Me gusta en este sentido esa descripción que ha ganado popularidad, la de que la IA no es más que un loro estocástico. La IA parte del conocimiento existente, y es capaz de combinarlo de manera acelerada, y hasta con cierto criterio (no siempre). Hoy por hoy requiere de la supervisión posterior de un cerebro entrenado (al menos si el destinatario es otro cerebro entrenado). No obstante, su capacidad de hacer grandes inferencias, es decir, de generar conocimiento nuevo, es hoy por hoy más limitado. Esto supone en la práctica que la IA puede ser hábil a la hora de acelerar el proceso de pensamiento vertical, pero lo es menos a la hora de aplicar el pensamiento lateral. En términos de dirección de organizaciones, la IA puede ser un instrumento muy útil para la explotación del negocio, pero menos para la exploración de nuevas oportunidades, para la innovación. Esto es en realidad una buena noticia. Al menos para quienes gustamos de calentarnos la cabeza. Podemos delegar en las máquinas un mayor volumen de trabajo poco creativo, y dedicarnos por tanto al trabajo intelectualmente exigente y relevante.

En cualquier caso, tampoco pensemos que la IA va a generalizarse de hoy para mañana. Al fin y al cabo, ha pasado casi medio siglo entre la aparición de aquellos sistemas expertos rudimentarios hasta la aparición del verdadero machine learning. Como ya demostrara Utterback, las tecnologías anticuadas tienen cierta resistencia a desaparecer ante el empuje de las innovadoras. Pensemos en el ámbito de la gestión de empresas, en el que hemos vivido en los últimos años un proceso de digitalización importante auspiciado por la misma Unión Europea, además de por el sentido común. Muchas empresas capturan ya sus pedidos por la web o en un smartphone o una Tablet por el personal comercial, lo que permite digitalizar, y gestionar por tanto de manera ágil (y sostenible), todo el proceso de preparación del pedido, mantenimiento del inventario, lanzamiento de la reposición en su caso, facturación, contabilidad, etc. Otras empresas mantienen sin embargo procesos de gestión prácticamente artesanales. Es más, muchos directivos y directivas se manejan todavía con dificultad a la hora de emplear las herramientas ofimáticas. ¡Háblales a éstos de Inteligencia Artificial!

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One Comment so far ↓

  • jomaces1

    La IA va a seguir avanzando. Podemos tenerla en cuenta o no. Mejor aprovecharla que dejar que sean otros los que la aprovechen

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